sábado, 8 de marzo de 2014

el fuego, amigo del hombre

Prometeo fue el creador del hombre. Cuando él y Epimeteo empezaron a hacer criaturas para poblar la tierra por orden de Zeus, Epimeteo prefirió la cantidad e hizo muchas criaturas, dotándolas con muchos dones que les había asignado para tal fin (piel, garras, alas y aletas, entre otros). Mientras su hermano hacía esto, Prometeo trabajaba cuidadosamente una criatura a semejanza de los dioses: un humano. Sin embargo, Prometeo tardó tanto en hacer su obra maestra que, cuando terminó, Epimeteo había usado ya todos los dones que Zeus les diera. Prometeo sintió pena de su creación, viéndola tiritar en las frías noches de invierno, y decidió robar el fuego de los dioses después de que Zeus no estuviese de acuerdo con su idea de ayudar a los humanos. Trepó el monte Olimpo y robó fuego del carro de Helios, llevándoselo en el tallo de un hinojo, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse y al mismo tiempo, proporcionó al hombre los medios con los que ganarse la vida. al margen de explicaciones mitológicas, El fuego fue conocido por el hombre casi 500.000 años antes de Cristo y se supone que el hombre prehistórico conoció el fuego por la erupción de un volcán, un incendio de pajonales o la caída de un rayo. En sus comienzos, el mayor problema que tenia el hombre de la prehistoria, era proteger ese fuego que llevaban a las aldeas y mantenerlo encendido pues no sabían como encenderlo, ni alimentarlo pues no tenían combustibles. Los hombres, que hasta entonces, comían sus alimentos crudos, comenzaron a notar que era más cálido y reconfortante para el estomago la comida cocida y caliente, en especial en los climas de frío riguroso, además de que se sentían mejor. Al principio comenzaron asando directamente sobre las brasas, luego envolvían la carne en abundante barro y la colocaban en un hueco con brasas en la base y también cubierta en la parte superior por abundantes brasas. Cocinaban la carne de los animales que cazaban, poniéndola en una estaca situada sobre el fuego y apoyada sobre dos estacas verticales, una tercera forma ya mas avanzada fue utilizando recipientes, sobre el fuego, para realizar la cocción sobre las brasas.Cocinar a la brasa es quizá la forma más antigua de cocinar que descubrió el ser humano ya que solo había que colocar los alimentos sobre las brasas.Cuando las flameantes llamas desaparecen, aparecen las ascuas o brasas que forman un lecho incandescente sobre el cual puede cocerse cualquier tipo de alimento. Cocinar a la brasa nos ofrece un gran abanico de posibilidades, las verduras asadas resultan manjares deliciosos, proporcionándonos una gama de sabores extraordinarios. Durante su cocción el alimento se impregna de un delicado y distintivo aroma de humo, adquiriendo un sabor muy característico. bien es conocida entre nosotros la LAMPREA A LA BRASA, apreciadísima por muchos comensales y buenos gourmets que dan buena cuenta de este delicado manjar. El tiempo necesario para cocinar a la brasa dependerá, evidentemente, del tamaño y grosor de la pieza que vayamos a cocinar, siendo muy fácil comprobar cuándo está en el punto adecuado Cuándo pinchemos el ingrediente ligeramente con la punta de un cuchillo sabremos si esta suficientemente hecho a nuestro gusto. quizás haya que agradecerle a Prometeo el hecho de darnos el utensilio básico para alcanzar momentos sublimes como son los gastronómicos, ya que sin el fuego jamás hubiésemos alcanzado tan alto grado de civilización ni tampoco hubiésemos desarrollo sutilezas que hoy nos parecen simples y rutinarias y que nos distinguen del resto de habitantes del planeta.